Caminando por la vida,
atravieso senderos llanos
los días tranquilos.
Y senderos montañosos
los días problemáticos
donde tropiezo con las rocas
y caigo una y otra vez.
Inmersa en mi sentimiento de vacío
y mi incertidumbre pues no sé elegir camino
y tengo miedo a equivocarme.
Me encuentro un día un laberinto,
atravieso un círculo tras otro
me pierdo en el sendero,
doy vueltas y vueltas
y no sé adónde camino en la vida.
Estoy perdida y clamo auxilio
porque no sé por dónde transitar
para conseguir lo que busco.
Me pregunto a mí misma
¿Cómo soy?
¿Qué sentido tendrá mi vida?
¿Dónde estará el amor, la paz y la felicidad que necesito?
¿Cómo puedo elegir?
¿Cómo puedo lograr una vida mejor una vez muerta?
Y entre tantas preguntas concluyo,
mi vida es como un laberinto
que necesita preguntar y encontrar salidas.