Y aquella tarde en el parque muy pronto llego la noche, iluminaba el camino la tenue luz de los faros. –“Señora, disculpe la interrupción pero ya es hora de cerrar”. Le di las gracias, guarde en el bolso mi libreta de notas, y camine rumbo a la avenida. De nuevo en mi pequeño departamento, prepare una bebida y justo en ese momento ¡la vi!, estaba allí sentada pensativa, me acerque y tome asiento a su lado para tener aquella conversación que nunca tuvimos. -Madre desde que iniciaste aquel viaje sin regreso sueño contigo, y por momentos siento que estas a mi lado, como ahora. Quiero decirte que a veces solo logro fantasear como era mi padre, recuerdo claramente el día de su funeral, y el resto de tan pocos años a su lado supongo se borraron de mi memoria. –“Lo de tu padre fue una muerte anunciada, el médico le había prohibido la bebida alcohólica, y el exceso de ella lo llevo a una muerte por infarto al miocardio, en su acta de defunción puedes constatarlo. Diez años de matrimonio con una pareja que dejo perder su vida a causa de la bebida, no es nada fácil por mucho que le ames, esa misma condición finalmente decepciona y termina alejando a tus seres queridos”. –Madre, la vida me fue mostrando la triste realidad que por mucho tiempo no quise aceptar. Entonces no entendía que enviudaste muy joven, quedando sola con tus dos pequeños hijos, y un empleo de escasos ingresos que no alcanzaba para vivir. Te casaste nuevamente con alguien que te acompañaría por el resto de tus días. Aquella persona se convirtió en principio en un extraño para tus hijos, sin embargo, en medio de los defectos y virtudes que tienen los seres humanos, siempre cumplió a cabalidad la responsabilidad del hogar conformado, y poco tiempo después se convirtió en el padre de tu tercer hijo. Madre cuantas preguntas sin respuestas quedaron entre tú y yo. ¿Cuanta soledad puede sentir un niño en la ausencia de sus padres?, quizás mi abuela lo sabe, mientras peinaba mis cabellos decía: “cumple con tus tareas para que seas linda por dentro y por fuera”. -Sin duda alguna mi abuela era una mujer inteligente y de nobles sentimientos al igual que tu madre…
Y la vida continúa …