¡Papá! Mi querido papá.
Una fecha especial
para recordarte .
Pero en realidad,
no sólo te recuerdo
en esta fecha, porque
siempre has sido
un ser tan amado
por mí, y mis hermanos...
que te recuerdo todos los días
de mi vida.
Siempre hay un suceso,
una conversación,
una tristeza y una alegría
en mi vida,
que mi mente y mi corazón,
te recuerdan, porque
fuiste uno de los protagonistas
de que yo esté en este mundo.
Siempre me acuerdo de tu figura,
de tu personalidad,
de tus buenos consejos.
Del amor que dispensabas
a mis hermanos y a mí.
Te recuerdo cuando era muy niño,
que me tomabas de una mano,
y me llevabas a hacer
tus diligencias y los encargos
que mamá te hacía
para comprar productos
que ella después cocinaba
para nosotros siete en la mesa familiar.
Esas reuniones de familia
que quedan grabadas por siempre.
Todos los acontecimientos
vuelven a mi memoria.
Siempre ha sido así.
Aún en la edad que hoy tengo.
Eras un ser muy especial.
Un hombre de letras,
puesto que tu profesión
fue la de ser tipógrafo.
No aceptabas un solo error ortográfico
de ninguno de nosotros,
tus cinco hijos.
Uno de los recuerdos
más permanentes son los que cuando
estaba yo recitando,
al escuchar tú aunque fuese
una sola palabra no bien interpretada,
tú me corregías,
y me indicabas cómo
debía expresar.
Fuiste un maestro
de la poesía en casa.
Un profesor más que he tenido
en el gran arte de interpretar poesía.
El día que dejaste definitivamente
este mundo, el de la amistad
y amor filial, algo ha faltado
en mi vida: tu presencia y tu sabiduría.
Siempre has vivido
y eternamente seguirás
viviendo en mí,
papá querido.
Brigada del escenario