Hubo, hace un tiempo
en el futuro
que ya pasó
un niño
que deseaba
volar
como en esas historias
contadas
en las noches
luminosas de luna
que asomaba por la ventana.
Jamil, sabía
de la magia
…………..
la de las lámparas
los espejos
del cielo estrellado
y de esas alfombras
que podían volar.
A los pies de su cama
había una
descolorida de tiempo
él sabía
que supo ser de un palacio
donde un príncipe
partió
tan joven como él
montado en esa alfombra
que sabía volar.
Tantas aventuras
llevaron juntos
en tierras extrañas
algunas
blancas de nieve
y otras
de arenas
y desiertos.
Pasaron años
tantos
que los escribas
olvidaron
que partieron
el príncipe
y su alfombra voladora
……….
pero una mañana
regresó al palacio
la alfombra sola
raída y desteñida
tanto
que los sirvientes
la sacaron
con la basura
a la calle.
El destino hizo
que la alfombra llegara
a los pies de Jamil
al lado de su cama
frente a la ventana
como el peor de los tapetes
en la más humilde casa
del Cairo.
El niño
jugaba
a ser genio
pirata
rey o mago
sentado en la alfombra
……...
un día de estío
la acarició
diciéndole que volara.
Por las calles del Cairo
vieron pasar
a Jamil
y su alfombra voladora
iniciando ese viaje
del que tampoco
regresará
encontrándose con el príncipe
perdido
y mil aventuras más.