Tengo en cuenta tu cosmos,
los bosques, las murallas,
las inflexiones húmedas, los patios interiores
todo da vida a un todo de belleza
todo va caminando al lado de mi cuerpo.
Desconozco el vestigio de un día inacabado
las plañideras fibras en que puedas rendirte,
las crines de caballo que va olvidando el viento
sobre las almenaras.
Y yo que soy apenas
un ejército amigo
espero a que me llegue tu voz como una orden.
Entonces será grato sucumbir,
darle sentido al paso de tus ojos.
Comprobar que ya hay vida en su totalidad.
No sé de qué manera tú llegaras a verme.
Los arquitectos saben
que detrás de un espacio fisiológico
hay un cuenco de nada más que frío
que nunca se derrite.
Duerme mi vista en una encrucijada de misterios
porque no hay una sola hoja de mi libro
que sea rayo de luz. No hay un solo mililitro de saliva
que lleve algo de mí. El cero de violencia
ocupa ese lugar necesario en el mundo.
Es tan bello ver la forma que adopta
el agua que anda inmóvil.