Alberto Escobar

Piedras

 

 

Si las piedras hablaran daría miedo salir a la calle.


                                                                      Anónimo

 

 


Enterrado bajo un manto de besos
como Oscar Wilde, bajo un manto
de piedras descansan los besos que
no di, y los que soñé.

Las piedras que reverberan el eco de
mis pisadas me recuerdan que antes
que yo pasaron miles de almas, almas
que buscaban anhelos, que buscaban
donde cobijarse de la interperie.

Las piedras de la iglesia que arropó mi
bautizo de sangre recogieron mi llanto,
mi quejido sordo y elocuente.

Las piedras son iconos de la empatía,
si hace calor lo recogen para compartir,
si hace frío nos hielan desde abajo al
traspasar cualquier suela que se precie.

Las piedras son nuestro esqueleto, son
nuestras cuadernas, que guarnecen el
barco que se hunde o se eleva al saludar
la ola, sea cual fuere su envergadura.

El empedrado que hace traquetear las
ruedas de mi coche es un oído sin boca.

 

Las piedras son sabios que se extienden
sobre el asfalto para pasar desapercibido.