¡Noche!
Ha llegado tan temprano a mi casa
Más tranquila que de costumbre
y sin permiso…
¿Piensa quedarse a dormir?
¿Ya para qué?
Si en mi esencia está más que alojada;
Usted es tan mía
y yo soy tan suyo...
Mi huésped sin equipaje,
Tan pálida y callada,
Así como de costumbre
Viene y toca a mi puerta
¿Ya para qué?...
Si usted permanece ceñida contra mi pecho,
Como un cuervo que vuela sobre mi exilio
Fría y terrorífica
Camina y camina
Con su infinito silencio de tumba,
Exhibiendo su mejor vestidura oscura
Y a cada paso dibuja:
Sombras que se vuelven espectros,
tan míos como suyos…
que como piezas componen
mi alma fragmentada:
Entre el bien y el mal,
Entre lo bilateral de mis gustos
Disfruto sus beneficios.
La luna se ha despedido
¡Usted ha asesinado el día!
Viene y se refugia en mi vida
y me hace vagar sobre el anhelo
En el mismo sonido de mi música que no suena,
Porque el blanco y negro de mis teclas se perdieron.
Usted señora noche me ha atrapado
Y en sus horas de madrugada tengo miedo.
¿Ya para qué me resisto?
si ahora yo soy más de usted que de otra cosa
¿Ya para qué le prendo velas al día?
Si ahora soy más oscuridad que luz…
¡Noche!
Usted me ha arrancado las estrellas
y yo sigo aquí tan igual:
caminando sin rumbo
Estático y nocturno
Esperando que llegue el amanecer.
¿pero qué pasa si no llega?
Señora noche
usted si que ha llegado temprano a mi casa.
Jaybert Jurlian Escalona