Como el gran río Danubio
es mi alma un torrente de emociones que pasa del odio al amor y del amor al odio, pero nada de esos arrebatos de humor,
pueden apagar la llama de ternura que abriga mi alma y conserva este amor por la vida que llevo dentro de mi.
Ni la vieja costumbre de cargar en mis espaldas lunas oxidadas,
aunque estoy aprendiendo a desecharlas cada ves más pronto
y algunas veces ya ni las recojo
si no que las miro con desprecio y continuó mi camino,
o esa costumbre de enamorarme
de la chica mala;
que solo me deja veneno en el alma,
estoy aprendiendo ha encontrar el dulce lado del amor,
en los labios correctos,
a valorar los verdaderos amigos y apartarme de las personas falsas que cargan vacijas huecas,
ya no soporto ver derramarse tanta agua,
y ver como se pierde en el suelo;
como el río Danubio es mi alma un torrente que al verse incomprendido explota furioso,
pero después me calmo; cuando recuerdo que yo también me he equivocado, me equivocó y me equivocaré, queriendo pintar elefantes verdes he pintado elefantes pálidos y lúgubres,
y entonces me lleno de misericordia y comprensión
Como el río Danubio es hoy mi alma, un torrente que pasa del
amor al odio y del odio al amor,
pero sigo guardando la ilusión del niño,
la ambición por la sabiduría; la ternura y la pasión por la vida.