Siempre fui muy consciente del cariño que nos unía a los dos, jamás hay que rendirse y decir no se puede, por muchas distancias terrenales que existen entre los dos, un día te di las llaves de mi morada y los caminos bien los conoces.
Siempre y con voluntad, puedes mandar un telegrama, pues será muy bien recibido y sobre todo si es de una sultana, si por casualidad has perdido las llaves, mis puertas y ventanas siempre están abiertas para que tú puedas entrar.
Sé que guardas los recuerdos cuando pulsas el botón, y escuchas ese suave sonido cuando te pones a teclear, siempre se ha podido seguir nuestra amistad, eso tú de sobra lo sabes y siempre estaré esperando el mensaje que tú me quieras mandar siendo para mí un gran halago y más si viene de ti.
Pintura de Alberto Pancorbo
© José Cascales Muñoz
Reservado todos los derechos.
20 de Junio 2017