Me carcome estas carnes blancas
el deseo desesperado y ferviente
que agita las entrañas,
el de volver atrás el tiempo,
recuperar todo lo compartido
de un corazón que se sintió amado,
tesoros perdidos;
y deshacer instantes,
traer a la vida recuerdos,
volver a vivirte una y mil veces,
con tan solo pensarte;
acariciar tus dudas,
besar tus imágenes puras;
impregnarme de ti
hasta saciarme...
En el inconsciente
late constantemente
tu presencia áurea
y las flores que me regalaste
reverdecen,
abriéndose de par en par sus cálices
para recibir a esta mariposa inquieta, mis sentimientos,
que de ilusión
ha venido a fecundarte...
No me rechaces,
mira que muero lento
en el temblor sediento
de mi boca al nombrarte...
Quédate muy dentro,
siempre podré esperanzarme
en detener el tiempo...
Si me dieran a pedir un deseo,
aunque fuera un imposible,
elegiría traer el pasado al presente;
elegiría volver a conocerte
y de nuevo de ti enamorarme,
aunque no existieses realmente,
aunque no pudiera tocarte;
en todas tus metamorfosis,
allí espero encontrarte...
Mi único deseo,
estar siempre amándote...