El corazón brota de lo primordial del hombre,
de la esencia de una sonrisa,
de lo invisible de lo interior,
Tú voz hasta en el silencio lo escucho,
Tú nombre silban y silban las aves,
al despertar y dormir,
Siento tus manos calientes y suaves,
puede ser que en las orillas de aquella madrugada pude verlo,
el lienzo blanco de un NO,
el comienzo de un cambio de color,
si solo supieras que al escribir me leo,
y al concluir te veo,
que lo pasado de mi vida,
solo fue un trayecto para poder decirte hola
sin saber que existiera yo,
donde quiera que estés,
mis pasos doy para acercarme a tu lado,
en la noche que pueda,
en el día que quieras,
en las veces que llueva,
en el momento que quieras,
por todo y en todo te llevo aquí
en el tiempo que queda.
• Marko Estrella •