Cuando miro los rostros de los seres que sufren
Con una muesca triste producida por el dolor
Siento un estremecimiento que sacude mi cuerpo
Y pierdo la calma como si el que sufre soy yo
Pienso que el destino nos castiga fuerte
Cobrándonos las torpezas que hacemos al vivir
Porque cuando crecemos violentamos las reglas
Impuesta por la existencia para poder resistir
Y empujamos violentos los muros del camino
Y no nos detenemos nunca, hasta llegar al final
Porque nos creemos dueños de todo el universo
Olvidando la fecha de cuando vamos a marchar
Y cuando suena el clarín que anuncia la partida
Cuando no lo esperamos, nos llama sin aviso
Con el pasaje en mano y la ruta trazada al final
Si hemos vividos como el dijo, nos vamos al paraíso.