Hay héroes en nuestras vidas
y algunos se visten de saco y corbata,
para defendernos están a nuestro lado,
como lo son nuestros abogados.
Detrás de un pc y al lado de un cactus
está sentado allí el “advocatus,”
hasta su servicio ofrece a domicilio,
y está presto al “llamado de auxilio.”
Es hermosa la labor que presta,
de defender los derechos de una persona,
para resolver los conflictos de una,
y en los tribunales dar la pelea.
Los ve uno preparando testamentos
o capitulaciones matrimoniales,
no se dejan llevar por los sentimientos,
defienden hasta a los animales.
Expertos en asesorar empresas,
fundaciones e instituciones públicas,
hacen trámites en asuntos de casas,
sus honorarios siempre justifican.
Recorre los juzgados mañana y tarde,
de su oficio hace alarde.
Sin querer anda de pleito, acosado,
defendiendo a su cliente, el acusado.
Es al que buscan para las demandas.
Además, tiene que hacer memoriales;
leyendo expedientes en esas anda,
y metido como siempre en casos judiciales.
Pendiente de las nuevas disposiciones legales,
que estas no afecten los artículos constitucionales.
Contando que hacen las veces de estrategas,
hasta defiende a sus propios colegas.
Dios bendiga a los abogados en su día,
a veces son psicólogos, confesores.
Defienden si es posible al demonio,
hasta arreglan matrimonios.
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Autor: Millondurango
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