Te veo sin verte
Te hablo sin que me escuches
Te siento sin tenerte
Y te escucho sin oírte,
Loco, orate o demente
Así me veo de impotente,
Más, ¿quién entiende al alma?
Pues en espíritu te sigo
Sin caminos palpables que recorrer
Y sin diestra que sombra me haga
Aunque peregrino sin peregrinación,
Viajero, eso solo soy,
Y espero, esperando lo imposible.