Nada como su suspenso... Nunca fue como el instante
tibio de besar tu boca cuando la sala enmudece,
que la tensa calma humana con nimiedad reverdece
a tiempo calló la orquesta, con acorde deslumbrante.
Entonces partiste solo, siempre la vista adelante
sin mirarme ... Tanta bulla cerca me rejuvenece.
Tu paso que se escuchaba lejos no me fortalece
con el nirvana estrellado que reluce vigilante.
Bajé como una sonámbula esta escalera de piedra
con la fuerza, mi profunda aventura que aún solloza.
Todo es casi una sombría queja que el perfil disuelve.
La oscura avenida suena en el griterío que envuelve
a curiosos transeúntes ansiosos. Alguien se emboza...
Por si no creyese veo tus finas manos de hiedra.
Amalia Lateano
Registrado.-