Entonces la vi como siempre debía verla
¡Era mi rostro una máscara de amargura!
porque era lodo y la creía perla ;
Entonces la vi …como pérfida basura.
Y caminé solo, por el vaivén de la vida
Añorando besos y esquivando errores
sobreviviendo aun con el alma herida,
soportando penas y olvidando amores.
y así por el mundo saboreando angustias
surqué el ignominioso mar de mi destino;
y regó mi llanto aquellas flores mustias
plantadas con malicia en mi vil camino.