Intento recoger los restos
De lo que pensé o fue ensoñado por estrellas
Todo polvo sobre pérdida siendo niebla
De ceniza como un velo, que al sol recubre o agita;
Llueve una demoledora luz afuera, es la nostalgia
Desatada en sus propias esquirlas, me he
Escondido en mi refugio contra la suerte
como quien busca una aguja entre las astros, son las hojas
secas del alcohol o el amor; siendo siniestros -sinónimos-
en el otoño del alma que acaece antes de la invernal borrasca
que borrará las marcas en el camino erradas, oscuridad que acuna
a los huéspedes a su cántico y danza, del otro lado del espejo
del otro lado infinito de la moneda o luna, invirtiendo posiciones
demostrándonos nuestro desconocimiento, te seguimos como mares
Como si fuera por un deber disonante, la caricia cercana al principio
Y luego el golpe, que atraviesa la nuca, escindiendo la escena
Al final, de este, el limite colinda un decir o no, aquello que molesta
Como un loro pretendiendo ser un fénix, quitar la llama que consuma
Apagar la maña con ahogos, más para reparar la herida ser cuidadoso
Con el elemento volcado sobre el vacío propio de los que vienen siendo;
el vivir –y esto es cierto- solo se resuelve convivo con la vida ahí y la sucesión
de salvajes lirios con el campo o manto como un fondo, todo baila ahí, todo tiene
su propio movimiento, cadencia a la que vamos atado devuelta al comienzo; el final
siempre atenta aparecerse pero esta música jamás cesa, el eslabón puja y tira; por eso
alumbra; déjate llevar a la zona, donde las calas y las rosas persisten sobre el tiempo
azucenas y amapolas cantando sobre colores y frescores queridos, los gladiolos al final
del camino que es un cajón, que es un pozo sin río pero no seco así, como si fuera
una cárcel el ser allí encerrado, por el resto de los tiempos renacidos, como si no fuera
otra cosa que madera que temió ser encendida o astilla o semilla que procuró no ser reventada
(dando vida de su vida) antes de tiempo, todo ahora él es material de sueños siguiendo
el ritmo marcado por recuerdos de alegres nostalgia o la pútrida fragancia de las flores junto al
[muerto.