Cristian Jovani

JOVANI



El grosor de mi labor a veces no se despeja
ni me da una sonrisa;
me cae en la cara como lluvia afilada.
Que no hay mal que por bien no venga,
que lo peor es no trabajar teniendo fuerza;
al poeta también se le seca la boca,
porque a años luz viaja suspendido
con un arnés de lápices y papel de antorcha
cubierto por una persiana rítmica.
¿Quien podrá detener sus travesías
tendidas en cada latido mientras canta
y la gloria le brilla?
Él cierra sus ojos al silencio del aire, al silencio mismo,
y cuenta los relámpagos.