Encontré a la mujer perfecta.
Nada hay de cierto de lo que me habían contado,
no es mi esposa, ni tenemos hijos, y menos compartimos una casa,
lo único que compartimos, es que nos decimos; Te amo.
pero no es un mismo amor,
ella me ama muy a su manera; me protege de sí.
yo la amo de la única manera que sé,
a cada momento, todo el día, con todo el cuerpo,
con todo mi dolor y una pizca de alegría.
porque ella curó todo dolor; tiene una bella sonrisa,
porque ella curó toda soledad; sabe abrazar,
porque ella me curó todo cansancio; me hace soñar,
ella curó mi paladar; me enseñó todos sus sabores,
curó mis ojos; ahora distingo sus colores,
curó mis heridas manos; pues las tomó tan fuertemente que sanaron.
Así, Rubi es perfecta, mis brazos están destinados a ella,
mis besos y mis versos, mis lágrimas y mis escasas sonrisas.
ella me pide que me quede sin ella,
eso es como andar sin una pierna, sin un brazo,
tuerto, me falta el aire y poesía, herido de muerte.
¡Pero que quede claro!
hay un antes y un después de Rubi; te amo.