Allá, secreta cueva de metáforas en llamas
Acá, los vientos florecen manos alargadas.
Y tú y yo desnudos, derritiendo adjetivos,
Desarmando sonámbulos silencios
En tópicos literarios que impregnan mis poros.
Y los sofocados versos revolcándose
por mis acuosos femorales y aductores.
Crepita la noche de suspiros encadenados
Llueven gemidos de cánidos salvajes.
Mis venas serpentean acechantes
y reptan hasta el cerebro de tu boca
donde pierde el raciocinio de la dialéctica.
Tatúo mi boca en húmedo halcón clandestino.
Cascadas de tibiezas caen por mi piel
Como hilos de plata empapan mis labios.
Colisión de cuerpos cóncavos y convexos.
La lucha no ha fraguado, resurrectos de lluvias
Riegan mis manzanares amarrados a tu antojo
Cual insolente Lamia clavo mis dientes
carnívora emboscada de sexo al amanecer.
Pienso. El espeso perfume ha cruzado la noche
Pretendo amoldar mis excitados protoplasmas,
Intento que el río desatado se sosiegue,
Trato de acomodar mis poéticas células.
Ven amor, quédate, cuando comienzo a caer.
Soy frágil luciérnaga larvaria. Luciferina rota.
Nelly h
24/06/17
Argentina