argantonio

Maldita adicción

La religión es como el maldito tabaco,

una necesidad inventada por el hombre,

un poder supremo al que le dan nombre,

unos invocan a Marte y otros a Báco.

 

Lo peligroso es inventar una peligrosa afrenta,

usar la cruz o la luna como arma arrojadiza,

pues sabemos de antiguo que lo que está en liza,

no es la existencia divina sino una buena renta.

 

Por ello brindemos por todos los dioses,

o por ninguno, mejor brindemos a sol,

para que el día de hoy sea más largo.

 

Tú que a ningún dios o diosa conoces,

veneras al rey de los astros en un girasol,

mientras yo sin caballo no sé lo que hago.