Poco a poco como enredarera
verde que sube desde la base hasta la copa del árbol me fui enamorando de ti,
te fuiste compenenetrando y abrazandote a mi tronco, hasta llegar a ser parte de mi, tu esencia ha llegado hasta mis raíces;
te he dejado ser avecilla que canta entre mis ramas, dulces
melodías que recrean mi alma
donde los desiertos acaban y empiezan los bosques,
y las lágrimas se convierten en bálsamo que sanan mis heridas;
me enamoré primero de tu espíritu noble y después
de tu bello cuerpo,
fueron primero tus nobles sentimientos detrás de tu ruda mirada lo que me envolvío, antes que me amarrara a tu hermoso cuerpo para poder volar juntos hasta el cielo,
este loco amor se ha convertido en una hermosa sinfonía, tú mi dulce tormenta has armonizado mi vida,
y has traído paz y armonía a mi existencia;
me has enseñado como amarte y yo he querido aprender, y a la vez me has amado, hemos alimentado este amor como avecilla que ha crecido en un nido de dulce y tierna pasión.