No busco los pies incansables del camino
ni los ojos ansiosos de serranías.
No detengo los brazos en las turbulencias
ni las lágrimas en las noches sin verso.
No olvido las alas que retoñan la tarde
ni la sustancia en vuelo de paloma.
No abandono la esperanza en oscuridades
ni la oración en las hostiles veredas.
No derrumbo el alma a tu silueta lejana
ni el aliento en el revés de tu partida.