Todavía sonríes cuando te lo recuerdo.
Me da coraje que no me hayas creido cuando dije,
dame mis cosas, me voy.
En mi maleta llevaba un beso con desganas y un abrazo insulso,
te puedo decir que habría preferido que me besara la pared y me abrazara un cactus.
Batallé contra mares tormentosos añorandote a cada segundo, desesperado.
Muy lejos de abandonar es el motivo por el que hoy estamos juntos.
Me fuí, con padrenuestros en boca, casi llorando, sufriendo por lo que a uno le toca.
A pesar de todo, hoy estamos juntos y cada que quiera puedo estrecharte,
morderte y subir ansioso a tu boca.