Febrero arrancó las hojas con su viento
y mi mente despojaba tus vestimentas y todos tus velos
en perfecta ecuación y miel de poema;
la ciencia ficción se anclaba en mis pensamientos.
Mi imaginación simulaba contacto con dimensiones etéreas
quería comulgar con tu alma
con tu cuerpo
no me importa que la hazaña...
¡Haga que se escriba poesía y mil sonetos!.
¡Aún quiero!.