Tus labios, cuál sortilegio
Embrujaron mis sentidos
Y dejaron sin latidos
A mi corazón, en silencio.
Dime, cuál es el precio
A pagar, para que vuelvas...
Mi voz aún se quiebra
Al nombrarte sin remedio,
Mientras con tus desprecios
vago entre estas tinieblas.
Quizás pago mi Karma
Porque sin querer pude herir...
Y si hacemos a alguien sufrir
Tarde o temprano se paga.
Mi alma desconsolada
Sumergida en tu misterio,
Vive el triste cautiverio
De no tener tu mirada.
Si es condena sentenciada...
Dime... Cuál es el precio?