Se va mi ser entero
a buscar el único café que me gusta,
el que encuentro en tus ojos con dos de azúcar.
A explicar esas ganas
de fomentar en ti el verbo amor,
a contarle a mi rutina que te llamas así
y que voy a dejarla por ti.
A beber dos tazas de ojos café
me iré acostumbrando,
porque a levitar me llevas,
si en las noches ya te llevo pensando;
son varias, son muchas
las tazas de ojos tuyos
que deseo beberme en las mañanas,
sé nota que te quedaron dulces
y al mirarme con esos cafés
que a leguas te quedaron cargados,
yo repetiré sin duda alguna más de dos tazas.
Ya me perdí, si es a verte o a beber te,
ya me perdí, si es mañana o en la mañana,
al cabo a cualquier hora sería bueno
poder beber me esos cafés,
si solo tú me tomas de la mano...