Hubo dos veces en que fui infinitamente feliz,
el verano pasado cuando cruce el Atlántico,
y hoy cuando me sumergí bajo el agua de esta
improvisada bañera.
El agua bordeaba los zócalos,
me iluminaba el reflejo de las mayólicas españolas,
mi cuerpo desnudo,
mis cabellos despeinados
moviéndose con las
burbujas del grifo todavía abierto.
¿Qué has sentido cuándo tu cuerpo esta pleno?
El mío se estremece
mi piel se escarapela
mis bellos se erizan.
¡Y, hoy ando tan plena!