Oh mi niña, mi dulce princesa
Raudos son tus abrazos y efímeras tus palabras
Más no lo son, mis lágrimas
Que caen acérrimas por verte llegar
Vi un ángel esta mañana
Y puedo asegurar, que llevaba tu nombre
Por sus venas corrían riachuelos de luz perenne
Por sus hombros caían rizos de obscuridad latente
Y es que sus mejillas de plastilina y caderas de grial, emanaban un resplandor celestial
Y de sus amarillentas palmas, se desprendía mi más soñado sueño
Yo me pregunto
¿Serán tus ojos de cuarzo, o tus labios los más bellos de marzo?
¿Serán tus lunares, luceros, o tus verbos los más complaceros?
¿Serás la más bella, o sólo serás \"ella\"?
¿Tendré una mella en mí, o sientas en ti?
Perecederos serán nuestros momentos, pero venidero nuestro amor