Cada noche cavilo mis acciones pasadas.
Rememoro con visos de verdades piadosas
Cada noche te encuentro si me quemas sangradas
mis manos, con tus ojos de miradas furiosas.
De qué sirve que lloren del jardín, mis mil rosas,
aferrados sentires que en los huesos dudabas.
Sentiré como siempre las caricias preciosas
en todos los rincones, por natura ensambladas.
Mejor me voy muy pronto, ya los prismas secretos
buscan el no silencio de la nada respondo
Los astros que me envuelven guardarán muy discretos
estos sentires míos que tú sabes, escondo.
Pero sé sin embargo cada noche, que anhelo
ser centella y gozarme por tus brasas un velo.-
Amalia Lateano