A veces me escapo, y otras me pierdo,
pero siempre me arrestan
en las caricias del orden,
los besos de procedimiento
y la ternura a mano armada.
En los cariños con uniformes,
en cama de pesquisas
y mil lujurias forenses.
Suavemente me esposan y advierten:
todo lo que enamore
puede ser usado en tu contra.
En la corte de tu piel,
abogado y fiscal, juez y jurado,
todos me observan
desde el mismo par de ojos.