Amante, cascabel de mi desvelo
mariposa de mi alma,
que la noche no te atrape en su celda
sin ventanas, si huyes mientras duermo
¿qué me queda sino la flor deshabitada?
Amante, recuerda tu promesa ardida,
que en tus labios creció como una tea,
si escapa el ave de tu hermosura,
seré yo un estatua sin sueños,
y los días serán mustia niebla.
¡Amante, pronto, abrázame que el invierno
de la distancia viene en sigilo!,
sin ti mi encanto apagará su lumbre,
dormirán las ilusiones,
el fervor estará marchito.
Amante, a ti mi vida está prendida,
soy raíz clavada en tu ventura.
Tu primer beso fue un dulce látigo,
que a todo mi ser convirtió en lamento
y mi corazón nadó en penumbras.