De su típica sonrisa, de su mirada,
porque en esa mirada dulce
encontré una galaxia, esa galaxia
que me tiene atrapado ante ella y,
que no me deja escapar,
el solo hecho de pensarla me enamora.
La amo en silencio, quizá sea ella
el ángel caído que yo buscaba hace mucho,
porque eso parece, un ángel.
Ver esos labios rosados y húmedos
que me provocan besarla suavemente
hasta ver como se cierran sus preciosos ojos,
sentir el furor de su cuerpo,
la aceleración de su corazón,
sentir su delicada piel,
quisiera estremecerle
hasta el alma y hacerla mía.
Ella es magia,
ella es fuego,
ella indudablemente es…
La mujer que deseo.
Jhon Fredy Marquez.