ya no esperes mas a esas golondrinas
que en tu balcón colgaban sus nidos;
el céfiro del austro se las llevo,
volaron sin rumbo fijo.
ni las madreselvas no florecerán
porque el sol impío las quemo;
solo queda su dulce fragancia
que el cefiro clementemente te dejo.
los versos en los ocasos parecen ser
endechas de un alma penante
que el corazón no quiere padecer
porque le atormenta sin cesar.
como puedes preguntarte, oh poeta,
que se ama cuando se ama
si tu lo sabes muy bien:
se ama lo que ama el alma
cuando el corazón se enamora tambien.
mejor no preguntes nada,
solo pregona tu verso sin mas;
deja que el enigma sagrado de la vida
te guie a la felicidad.
que los hombres no deben llorar,
es una gran mentira
pues cada dia el corazón del hombre llora
cuando una herida de desamor abierta queda.
para que quieres tu libertad,
si de su amor estas preso;
mejor deja que ella te cautive
con la sidra dulce de sus besos.
es mejor estar preso de sus encantos
a que de una cruel soledad,
al menos seras feliz a su lado
a que enclaustrado en un pesar.