Yo me proclamo en respuesta anticipada
inmenso y grandilocuente Señor de la Nada,
sin más riqueza que las manos vacías
Y el magro fruto de mis palabras,
la fortaleza de este amor que me sostiene,
y la perseverante bendición de mis ganas.
Tú... La fascinación poderosa de mis días.
que antepone los principios a la crítica,
y en andanada de emociones místicas,
vislumbra requiebros de sincera armonía.
Yo, infructuoso soborno que arde.
aburrido de sol en cada mediodía.
soñando el reencuentro de las tardes.
y esas noches de romántica energía.
Tú... La pasión guardiana de mi vida.
Yo, la inflexión de sus ojos enamorados,
Tú, el deseo desde tus besos dorados,
Yo, el desacato de desinhibidas fantasías.
Tú... la ternura de tu prohibido rincón.
Yo ramillete de mis tonterías reiteradas.
Tú, coloquios en el hueco de tu almohada.
Yo, súbito ángel de una ingenua canción.
Tú, la emoción conmovida en las palabras,
Yo, el desesperado sendero oscuro y añejo...
Tú... Las acciones que serán el fiel espejo
Yo, el sueño del romance de nuestras almas.
Tú y yo… la exacta suma de lo prohibido
La inexacta aritmética de la adición
donde el orden de los factores asistido
lo único que altera es la respiración...