Una soga me ha postrado,
Se ha ensalzado,
Me asfixia tajante
con su nudo algente
(está atado a un lastre).
Pesa;
Como aquella piedra
que en su lomo Sísifo cargó.
¡Pobre bestia bípeda!
Cargaste ese maldito peso,
en aquél febril infierno:
¡Vaya hastío indomeñable!
Ahora entiendo tu infortunio:
¡Vaya soga insoportable!
Pesa;
Nubla mis ojos,
Vuelve a mi vista escarlata,
Vuelve a mi vista, sosiego:
Vuelve a mi, diáfana luz,
por cualquier resquicio, ¡te lo ruego!.