Preciso ser el instrumento que se apegue a tu pecho,
Y de esa forma poder sentirme, unido a los latidos de tu corazón,
Y quisiera ser un soplo de vida muy guardada,
Para ofrecerte la reserva, de una vida nueva,
En caso tú la pierdas, entre noche y madrugada.
Preciso ser la piel que te cobija,
Y el tibio palpar de tus tersas manos,
Y dibujar sobre tus palmas mi nombre extraño,
Para que me recuerdes,
Cada vez que quieras, ser mí ahora, y mí antaño.
Preciso ser el aliento que nace entre tus labios,
Y el dulce beso que le das al nuevo día,
Preciso ser la sonrisa que tú dibujas,
Y también el gesto sorprendido, de esa boca que me cautiva.
Quisiera ser el cabello oscuro, que se luce sobre tu cuello,
Y también, el fresco aroma, a jardín que en ellos vive,
Preciso ser, el tiempo más perfecto,
Que me permita enredarme en tu nocturno pelo,
Y el suave arrullo que en su danzar siempre me alivia,
Cada vez, que el velo de tu pelo me dé un tiempo de nuevo.
Preciso ser, el rosal de tu pecho dulce y virgen,
Que nace cada día, con la gota de mi rocío,
Y sembrarme en ti muy nuevamente,
Como estambre nuevo, y recientemente recogido.
Quisiera ser, la parte del rumor de tus entrañas,
Aquellas que me aman, cada vez en las mañanas,
Y volver sobre tu estío,
Para abrigarme del olvido, si acaso me dejaras.
Preciso ser la anatomía de tu cuerpo,
Y sólo hallo en mi corazón, muy tierno,
El dulce arrullo de tu amor y de tu celo,
Preciso ser…
Y quizás es más de lo que pido,
Porque Te Amo en mi ancho mundo, y quizás un poco ajeno,
Porque tu Amor, y la Anatomía de tu cuerpo,
Están fundidos en mi Alma,
Y en lo más profundo de mi pecho.
La Anatomía de tu Amor, son mis palabras… sobre tu lecho.