Abro mis ojos,
mis piernas se enriedan,
se estiran y,
queriendo o no
deciden andar.
El agua que cae y
desliza en mi cuerpo
me recuerda lo hermoso
de vivir, de respirar.
El rayo de sol
al abrir mi ventana,
el azul y blanco,
el verde y rojo
de aquella flor.
Sigo andando
y seguiré, sonriendo
A la vida, al amor.