ATRÁS EL PASADO
Atrás quedaron las cosas olvidadas
que fuimos depositando en tiestos oxidados...
el desenfreno enfermizo,
los discursos admirables,
el paraíso cercano...
situaciones todas en que anduvimos solitarios,
tal vez sonámbulos,
sumergidos en sueños y utopías.
Hoy todo distinto, otra realidad nos empapa,
otro cielo... razonamientos desconocidos.
No es la misma aldea, muy distinta
a la que alguna vez habíamos proyectado.
Todo quedó atrás.
Atrás los recuerdos herméticamente sellados;
a nuestras espaldas las tenues pisadas
que hoy brotan hierbas regadas de amnesia,
donde han llegado a recostarse
caligrafías indelebles.
Las guirnaldas y burbujas nos nublaron la vista
pretendiendo conformarnos
con minúsculos objetos
que palpamos por miles y alguna vez
nos satisficieron;
pero con el calendario fueron tiñendo triviales, desabridos.
Lo que vimos brillar como diamantes
no era más que la luz del sol
que en él se reflejaba. Sólo un espejo.
Hoy, después de recorrer un trecho de senda
hemos puesto la mano entre el sol y los objetos
delatando tantos espejismos...
que obligan situarnos
en nuestros actuales zapatos.
Pasado que se fue, queda atrás.
Bien atrás.