La felicidad, esa eterna viajera
Que visita a unos y a otros no.
Llega a veces y cuando no lo esperas
Emprende el vuelo sin decirte adiós.
La soledad, por el contrario,
Anda sin prisas, sin mirar horarios
Y ocupa el espacio que la felicidad dejó.
La soledad, es más duradera,
El único apoyo que nos queda
Cuando la llama del amor se agotó...
Y de repente la felicidad nos deja
Porque en otros la ilusión nació...
Y en el silencio roto de una noche entera
Llora el alma porque el amor murió.
Siempre presentes en nuestras vidas
Y tan distantes como luna y sol.
En mi adentro está y no me deja
Y la siento por casa en cada rincón.
Por eso pido a la felicidad que vuelva
Y me traiga luces de una luna nueva
Para que la soledad se vaya de mi corazón.