Nuevamente amanece en la calles, y un sol ilumina en silencio la soledad de una calma aparente que ruge entre su gente. Y una y otra vez circundan caminantes en el asfalto. Transitan cansados sus pies sin desfallecer, miradas se cruzan con amor y el valor que acompaña su razón, superando la imagen de una cruel realidad. En silencio emerge bravía tras horas continúas en su desvelo. Si la violencia es el arma del que no tiene la razón, el amor es la bandera de la paz que ondea con razón. Luego de expresar lo que siente y vive hoy, guarda sus notas, viste prendas deportivas y va en busca de alimentos y medicinas. –Amig@, en las mañanas las calles totalmente solas, solo en algunos comercios que distribuyen artículos de primera necesidad se observan filas de gente invisible al borde de la desesperación al pedir ser atendidos antes del mediodía. –“Claro amiga, cada tarde se inician las marchas tras horas continúas hasta el anochecer, y me pregunto ¿hasta cuando ha de sufrir el país tan terrible situación?” -Ten fe y mucha confianza amig@ del alma, el fin justifica los medios que hoy han de llevarnos a la libertad. –“¿Y cuantos han de caer? antes de que surja un dialogo o negociación que parece prolongarse sin importar las vidas que ha costado, confieso que a veces la desesperanza me abraza y me duele el corazòn. –Amiga no digas eso, la esperanza es lo último que se pierde, muy pronto, aquel que hoy es gobierno, mañana se convertirá en oposición.///
Y la vida continúa