Días como este son los que me inspiraron a escribirte esto... Días que honestamente prefiero mitigar con un poco de sueño, porque de no hacerlo, verte despierto sería el caso de una sobredosis de delirios para un hombre de lógica. porque tratándose de mi en un estado consciente, me vuelvo torpe y vacilante. cada día, tarde y noche como ésta; al cerrar mis ojos encuentro fuerza inexplicable de continuar al no querer hacerlo por el ya diáfano recuerdo de tu imagen. bajo el propio sonido de la lluvia caer cuando cada gota son nada suficientes y tampoco bastantes como para aliviar la dramatización de tanta lagrima derramada en tu nombre, así como los años transcurridos de nuestra ausencia a la escencia de la vida. te has ido y eso es indisputable e irreversible. te has ido dejando una carta que hasta ahora no he podido leer por miedo a lo que nunca me confesaste pero que ambos coincidíamos. te fuiste y yo me quedé escondido y temeroso de un castigo. aquí no tengo nada para mi ni siquiera el aroma de las sales de tu cabello ni un objeto representativo que me dará la esperanza de sentirte de nuevo. sin embargo en el único lugar donde puedo verte es donde ambos dudamos de la existencia de cada uno. pertenecemos a lugares distintos y mis actos de ahora en adelante serán los que me asignen a tu lado en el momento de mi juicio final. ya que por ahora no estás aquí y ni yo ahí... te fuiste y te extraño. te veo pero no te escucho ya que mi castigo es, y será el poder tu ausencia