Tras tantos días de escarcha y suspiros
de brisas con ilusiones desnudando penas
de sollozos contenidos y lacerantes congojas
de huir de las borrascas, el páramo de refugio
de replegarme a las sombras de las desolaciones
de erigir resguardos al llanto con murallas de aire.
Tras tantas lunas con plegarias y penumbras
de amanecer a las mismas palabras de hiel y recelos
de anhelar una caricia, recibir una daga rozando el alma.
Tras el tormento de las horas de exilio
clareó el cielo al resplandor de mis verdades, al amor
abriste los ojos a mi humanidad que te nombra y clama.
Tras la infausta condena del vacío de tu ausencia
hoy abrazas mis quebrantos, enjugas mis lágrimas
sueñas conmigo en el mismo aletear de esperanzas
esperanzas de una vida nueva, de una eternidad juntos.
Oscar A. Fernande Folguerá (Argentina)
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