Médico de familia o de cabecera, era aquél
que cuando estabas malo, se sentaba a tu vera
y que alivio que daba, hasta morirse era pena
en tan buena conpanía que uno estaba
tambíen se perdió, no la profesión
si no el amigo,ese que te salva, o te ayuda
a morir tranquilo, lo recuerdo con cariño
varias veces a mi padre la vida le salvó
y no había seguridad social, pero social si que era
los de hoy ni te miran, ni te conocen siquiera
amaban su profesíon, y mas aun al enfermo
el acudía y antes que llegara el practicante
te ponía el suero, la inyeción, y se sentaba
para ver la reación que te hacía, y no se cansaba
tanto de noche como de día, allí estaba
como un amigo, haciéndote companía
recuerdo que con mi padre que estaba inválido
venia a verlo todos los días, sin que se le llamara
se sentaba con el en la mesa camilla
y hablaban, le daba ánimos, le decía, Manolo
tu que no tienes nada que hacer, mira a ver
si piensas y inventas algo para que nos salga el pelo
eran calvos los dos, médico y amigo, hacían liga
le salvó dos veces la vida, después el médico enfermó
y no había solución, mi padre se quedó triste
ya no venia su amigo a verle, la silla de la cabecera vacía
cuando de nuevo enfermó, es triste decirlo
el médico que ya no era el mismo, se desendendío
y dijo, para que hacer nada, no hay solución
claro y se marchó mi padre, quizás pensó
me voy en busca de mi amigo, y seguro que lo enconcontró
y allí siguen charlando, sentados en la mesa camilla...
Es para mi un honor, decir y con orgullo, Don Carlos
Que Dios lo vendiíga, y un día los vea a los dos...