Pablo Diaz

Culpable

A Dios culpo; por hacerte mujer, bella y hacerme  conocerte… poniendo inquietudes en mi alma y mi mente a volar tras tu deslumbre.

 

A Dios culpo; por darme un corazón que ama lo bello, por ponerle alas a mis pensamientos… sembrándote en mi pecho.

 

A Dios culpo; por auspiciar nuestro encuentro... poniéndonos de frente en el camino y darnos de pasiones considentes.

 

Dios es el único culpable;  él incitó a cupido a que nos fleche y el lindo serafín que es tan certero atravesó de un tiro nuestras almas encadenando así dos corazones.

 

Por eso, mi señor, yo te condeno a recibir las gracias que he de darte; setenta veces siete serán pocas y no me cansaré de agradecerte por la felicidad que a mi has traído.

 

PABEDIZ