Si yo fuera poeta,
y mi pluma pródiga y fecunda,
mi entendimiento pleno,
y mis versos, modelo
de una rima clásica y profunda,
Si al mágico conjuro de mi lira
surgieran los acordes
de etérea sinfonía,
de amaneceres hecha,
de besos y caricias,
Cantaría a tu ternura,
al brillo de esos ojos
que inunda mis pupilas,
al calor de ese fuego
que en mi alma perdura.
Transformaría en palabras
toda esa lenta, dulce,
Indecible agonía,
que es del amor la esencia
y transformó mi vida.