Se encontraban admirando,
la irresistible belleza de la naturaleza ,
los años pasaron
y les llegó el momento.
se movían las ramas de los árboles
al paso del viento,
era como mecerse en ellas,
era como darle espacio a los
relojes de arena
cayendo granito por granito,
se percibe en las raíces
y el amor dentro del pecho,
ya disfrutaban su canto libre.
Su cabeza libre de preguntas,
reposada en sus hombros
viviendo el golpe del misterio de la vida,
silbando, cantando
y el amor adentro.
Ya no miraban ,
veían , ¡veían!
… la tierra, el cielo
y se veían la cara mutuamente.
Qué bello es mirar en el otro
la luz que sale por los ojos
y el sonrojo o rubor del que ve,
el que siente la frescura
que se respira de su esencia
compartida
*Khadija*