Por Alberto JIMÉNEZ URE
Ya era «Premio Nobel de Literatura»,
Empero aceptó venir a recibir una distinción
En mi autónoma Universidad de Los Andes [01]
De aquella república que fue de venezolanos
Y actualmente propiedad del inefable CPPO [02]
-«Jiménez Ure, serás anfitrión de Don Camilo
-me ordenó, afable, el Vicerrector Académico-.
Trata que nada le falte: alójalo en el mejor hotel,
Necesitarás un vehículo con chofer. Firmarás cuentas
Donde sea preciso hacerlo, de alimentos y licores»
Cuando bajó del avión privado
De mi amigo e historiador Guillermo Morón [03],
Cela me preguntó si fui quien denunció y reprochó
(Mediante un artículo de prensa muy difundido)
Que a Jorge Luis Borges le negaran el Doctorado
En nuestra ilustre casa de estudios superiores.
-«Es cierto, Don Camilo
-le confirmé esa información-.
A Ud. también le han prohibido
Dictar conferencias o charlas
En nuestra Escuela de Letras:
Por haber escrito La Catira» [04]
-¡Grande honor
Que me hayan incluido junto
A Borges en esa lista negra!
-Exclamó, efusivo, y me abrazó-.
Leí tu texto: estabais enfadado por ello.
-Mejor diga que indignado, Don Camilo.
-Pero Don Jorge expresó que vuestra Universidad
Tuvo razones suficientes para negarle el «Honoris Causa»:
Ya el venerable no puede con tantos títulos académicos.
La presencia de Cela
Fue profusamente celebrada:
Le obsequiaron cajas de libros,
Se fotografiaron con él, lo ovacionaron
Y le confirieron importantes distinciones.
En el curso de su primera noche en Mérida,
Mientras bebíamos heroica, me interrogó:
-¿Habéis publicado varios libros, verdad?
Eso me ha comentado Guillermo Morón.
Me gustaría leer alguna de tus novelas.
-Ud. no lo hará, Don Camilo –aseveré-.
Ya no tiene tiempo para leer uno más.
-Lo haré, os aseguro –insistió-. Creédme.
-Ud. dejará, en el hotel, todos los libros
Que le regalaron durante el día.
-¿Tan mal concepto tenéis de mí?
-No se trata de pre-juzgarlo:
Esos regalos son demasiado pesados.
La creación intelectual se convierte,
Con frecuencia, en molestoso fardo.
En presencia de Baco,
Le hablé de una novela mía
Que, hasta esos momentos,
Permanecía inédita: Decapitados [05]
-Puedo publicártela en España
-Me ofreció-. Dame una copia.
-No lo hará, Don Camilo –vaticiné-.
Ud. no tiene tiempo ni debe representar
A ningún autor, aun queriéndolo.
-Si teméis que yo pudiera dejarla
En una papelera del hotel, entonces
Enviádmela a mi apartado postal de Madrid:
Es el número novecientos noventa y nueve.
Me pareció divertido
Que pronunciase el número volteado
Mitológicamente asociado al Demonio.
Al tercer día, lo busqué al hotel para llevarlo
Hacia el aeropuerto principal de nuestra ciudad.
Ya Don Camilo José Cela y esposa estaban listos.
Les señalé el vehículo en el cual nos desplazaríamos:
Ambos hacían comentarios sobre los jardines
Cuando, de pronto, las recepcionistas y botones
Comenzaron [a] llamarme preocupados porque
El «Premio Nobel de Literatura» les había dicho
Que se quedaran con todas las cajas de libros.
-Tranquilos, tal vez algunos entre sus hijos
Podrían necesitarlos más que Don Camilo
-Les dije-. No se alarmen por ese asunto.
Desde el puesto trasero del vehículo,
Cela me miró sonriente y pareció murmurar
A su mujer que yo era un precognacido [06]
NOTAS.-
[01]
https://es.wikipedia.org/wiki/Universidad_de_Los_Andes_(Venezuela)
[02]
Crimen Político con Petrodólares Organizado.
[03]
https://es.wikipedia.org/wiki/Guillermo_Morón.
[04]
www.anagrama-ed.es/libro/argumentos/historia-de...catira...camilo-jose-cela/.../A_379
[05]
https://www.slideshare.net/JUREscritor/decapitados-versin-revisada-2015-pdf . https://www.facebook.com/cafecnn/posts/714226008630916
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