Comprendí que el desamor no es eterno
el desconsuelo se extermina con esperanza
las mañana sin luz no se convierte en lúgubre
un celaje no es borrasca y la lluvia es bendición.
Comprendí por qué las aves no trinan de noche
el silencio arrulla los sueños con un suave roce
la luna ahuyenta fantasmas, derruye los miedos
el sol entibia la jornada, irradia fuerzas en la faena.
Comprendí que con la muerte no acaba la vida
se renace cada día, las ansias están dentro de uno
late un horizonte de anhelos al alcance del esfuerzo
el amor existe, hay que abrir los ojos, está frente tuyo.
Oscar A. Fernande Folguerá (Argentina)
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