Fina mantilla y jazmines,
cubriéndole los cabellos
que de cobrizos destellos
como seda se perfila.
Pálida novia, divina;
con las manos temblorosas
sostiene un ramo de rosas
nacaradas, sin espinas.
Sentimiento a la deriva
corazón que ausente esta
y lágrimas de cristal
hiriéndole las mejillas.
Vuela el alma en una rima
versos que cubren su cielo
para ocultar el desvelo
del recuerdo que domina.
Todos se han puesto de pie
comienza la ceremonia
a paso lento la novia,
tan solo quiere escapar.
En un suspiro dejar
ese amor que no le alcanza,
refugiarse en la esperanza
al otro lado del mar.
Autor: Alexandra L
2 de Julio 2017